jueves, 9 de junio de 2016

Es el momento

"Los sueños son mentiras que algún día dejaran de serlo", pero si por perseguirlos los rompemos, ¿no es mejor conservar en un instante la ilusión de alcanzarlos, que verlos hacerse añicos en tus manos? No. Claro que no, si por miedo a fallar  dejamos de arriesgar y soñar, ¿Que nos diferencia de un cadáver sin sueños e ilusiones? Muertos en vida, que aun andan, sin rumbo ni guía en esta fría vida. Quien no se arriesgue a cumplir su sueño, no se merece vivirlo. Solo merecen la pena contar las grandes gestas donde los héroes son valientes, precisamente porque los héroes son valientes. Es hora de ser valiente y con decisión perseguir aquello que buscas. No tiene sentido seguir escondido, o retrasar una decisión inevitable. Así que me voy a arriesgar a coger un pimiento, sin importarme que pueda ser picante.

lunes, 24 de mayo de 2010

Estoy enfermo

Frío, siento frío. La oscuridad me rodea. Siento que me sumerjo en un mundo vacío de ilusiones y esperanzas. Un mundo que carece del sentido del amor y de la calidez, un mundo enfermo. Se que antes no pensaba así y que había cosas que producían la sensación humana de creer en el mañana, un mañana que ahora se desvanece ante mi, por admitir que es un imposible, reflejo de vanas ilusiones deseosas por insignificantes personas. ¿Quien me hubiera dicho a mi que acabaría así? Nadie, seguro. Pero hoy ese nadie se ríe de mi, viendo como una enfermedad contra la cual no hay cura me comienza a corroer. Las calles se comienzan a volver monótonas, los días son iguales en tono y calidad, las palabras comienzan a perder sentido. Aun así hay una parte de mi que me fuerza a continuar a pesar de tener frío, no ver y sentir el gran pesar que cuelga de mi cuello. Algo en mi me dice que encuentre esa isla de calidez que no es una ilusión, sino una realidad. Algo en lo que creer y soñar, algo en quien poder descansar y creer cuando el yugo del esclavo no pueda seguir más. Poco a poco me voy acercando. Aunque me corroa esta enfermedad se que podre seguir adelante, siempre que encuentre ese remanso de paz, en medio de esta dura e incesante tempestad.

martes, 21 de abril de 2009

Confesiones de un alma moribunda

Alegría y tristeza danzan una dulce y suave melodía, cuya linea de separación es muy corta, muy fragil. Unas pocas palabras sirven para hacer feliz al más desdichado, pero menos aun se necesitan para undir a un humano en la mayor tristeza y desesperación. Ahora, hundido en la más profunda miseria, miro al cielo, y donde antes vi hermosas luces, solo distingo frias estrellas. La belleza y alegría han desaparaceido de mi vida, dejandola vacía y triste. Como si de un pozo se tratase, al asomarme a mi alma, solo distingo entre las paredes oscuridad. Ya no hay rastro de los destellos de luz que provenían del fondo. ¿Que fue lo que hice mal? ¿En que me equivoqué? Quizas esto es lo que llaman vida, una serie de infortunios tras un efimero periodo de alegría. Si este es todo el sentido que la vida tiene, no compensa lo malo a lo bueno, la dicha es peor que la desdicha. Si no hubiera dicha, tampoco existiría la desdicha, y la existencia no sería tanto dolor y sufrimiento. Quizás es por eso que todos anhelan al final el eterno descanso. ahora solo me resta una última duda, ¿Que será mejor?¿Dormir eternamente o existir (vivir)?
Xathick

jueves, 23 de octubre de 2008

Allá donde...

Allá donde la luna de plata,
allá donde en mis sueños me escapo,
allá donde el dulce amor me mata,
allá donde el príncipe es un sapo,

allá donde dragón y princesa
habitan en la más alta torre,
allá donde el tiempo nunca corre,
allá donde la noche no cesa,

y donde entre toda brillante estrella,
y de entre todas las grandes diosas,
sobre ellas, tú eres mucho más bella.

domingo, 12 de octubre de 2008

La cruel trampa del amor

Se encontraba en su cuarto, soñando para variar, soñando con su único e inalcanzable amor. La chica la conocía de hace unos años, y aunque se sentía atraído nunca había pensado que podrían llegar a ser algo más que amigos. Pero se había enterado que no tenía novio, y eso le dio a su imaginación alas para volar. Se imaginaba como debía de ser estar junto a ella y lo que se sentía al estar junto a ella.
Siempre que encontraba a una chica que le fuera simpática y agradable, y se decidía a decírselo, ella le rechazaba diciendo que era muy majo pero que no era conveniente en ese momento. Eso le destrozaba, pero orgulloso, levantaba la cabeza y seguía hacia adelante. Su determinación era de acero, y nunca se rindió. Siempre trataba de mostrar una sonrisa en su rostro, aunque el día fuese funesto y la tormenta diluviase.
Esta vez, lo lograría. No le negaría algo que para tantos era su apoyo, su bastón, su fuerza. En cuanto la viese, se lo diría. El día llegó y ojala no hubiese llegado. Estaba allí y el momento había llegado, era ahora o nunca. No pudo ser. Otra vez el guerrero perdió la batalla, y se le quebró toda defensa. Esta vez si le dolió de verdad. No fue capaz de reparar del todo su muralla de todas las anteriores veces.
Con la cabeza caliente, y el corazón destrozado, se replegó en silencio, asumiendo su derrota. No pudo ser, no esta vez. Cuando se dio cuenta de donde estaba, no le importó. De pie ante un vacío enorme, le fue indiferente. Solo tenía que extender el pie y saltar. Dejarse por el viento abrazar, dejar a la gravedad actuar. Lo pensó pero no encontró motivos para quedarse, fingiendo su vida, creando una ilusión donde vivir.
Cuando avanzó pensó que, tal vez, alguien le echaría de menos. Pero instantes después lo descartó, nadie le notaría en falta, nadie se daría cuenta de que había muerto. Y así fue, ya que a nadie le importó que marchará hacia el más allá., nadie notó que ya no estaba, y nadie añoró aquel chico con el que una vez se habían cruzado.