domingo, 27 de enero de 2008

Segundo posible final

Nada más traspasar el umbral de la sección, le dio la extraña sensación de que no se encontraba en el mismo lugar. Toda la estancia, se hallaba en la penumbra. Pero pensó que sería para ambientar. Al fondo, un mostrador blanco contrastaba con el lugar. A la distancia a la que se encontraba le resultaba difícil distinguir quien estaba ahí, pero alguien vestido de negro se encontraba atendiendo a la gente. Lo más chocante de todo, era la extraordinaria cantidad de gente que se encontraba con un libro de pie...¿aguardando?
Se fue encaminando lentamente hacia el mostrados, preguntándose que haría toda esa gente ahí. Por el camino, vislumbro a gente de todas las castas, razas, lugares y profesiones. Incluso le pareció reconocer a el presidente de los estados unidos.
Cuando alcanzó su destino, observó como una chica pálida y de belleza inhumana se dedicaba a atender a la gente. Se fijó en que a cada persona le daba un pequeño papelito. Sin saber muy bien porque, se acercó al mostrador y la chico le sonrió.
-Ya temía que no llegases-le dijo para su sorpresa la chica- Quería darte el número personalmente.
Ignorando como debía de actuar, cogió el papel que le extendía y leyó: “1145026160215011316017161905133913104502116416”. No sabía que quería decir ese número, pero tampoco le interesaba. Lo que deseaba saber era el porque quería darle el número la chica y quien era ella.
-Supongo que nos veremos abajo.-prosiguió ella-“Buen” viaje-agregó con un tono sarcástico y se alejó riendo.
Vio que un encapuchado la sustituía. Sin levantar la vista, le indicó que debía ir detrás del mostrador y seguir el “trampolín”. Cuando llegó al trampolín, se dio cuenta de que este era una tabla que te precipitaba al vacío. No se lo pensó dos veces. Con un ágil salto, se metió en el tubo que no tenía fin.
No era necesario un genio para decir que caía para decir que caía en vertical a gran velocidad. Por un instante le pareció ver un cartel, pero desechó esa idea al instante por ser absurda. Llevaba un buen rato cayendo, cuando divisó como algo rojizo se acercaba a una velocidad considerable.
Un ensordecedor sonido inundó el espació en el momento que impactó contra ello. Se trataba de un líquido espeso y rojo. Con dificultades, consiguió salir a la superficie y lo probó. Ese líquido era... era... ¡SANGRE! El cartel si que existía y eso le dejo la sangre (la suya) helada.
En unos instantes recordó lo que estaba escrito en rojo en el cartel:
“Yace usted muerto y se está precipitando a lo que será su morada. Y será usted desposado con el ser más poderoso que existe. Será emparejado con la Muerte”

Xathick

jueves, 24 de enero de 2008

Tu historia

Vuelve a este camino, joven promesa
haz esto que mejor sabes hacer:
recoger el lápiz y componer,
deja que las letras fluyan en la mesa.

Mil historias te faltan por crear,
algunas serán de amor y perdón,
otras sobre muerte y destrucción,
una vez que empieces no podrás parar.

Tus obras serán más que inmortales,
por el mundo se extenderá tu fama,
y serás más que los demás, iguales;

que se acuestan con miedo en la cama,
tú habrás cruzado todos los umbrales,
el, incluso, de la muerte, su casa.

Xathick

Poema de desesperanza

Los oscuros pensamientos me enturbian la mente
ignoro lo que siempre deseo, quizás sea así
mejor para todos, caminaré muy sabiamente
por mi propio camino, hacia mi propio futuro.

Ojala en mi camino
te encuentre por ahí,
ese será mi sino:
caminar junto a ti.

Mas se que no ocurrirá, que a mi lado no estarás,
nunca será posible, no te encontraré junto a mi,
y desesperaré, porque nunca me amarás,
y en mi propia soledad me hundiré sin remedio.

Morirá la esperanza,
no distinguiré nada,
y la justa balanza
me dirá que es injusto.

Mi terrible error no fue más que intentar protegerte,
mirarte, y ver una estrella en tus ojos brillar,
vi los peligros del basto mundo y quise cuidarte,
pero una sola palabra basta para matar.

Cuando todo ocurrió,
ya se había acabado,
el destino mintió
me quedé destrozado.

Peor que un clavo al ser golpeado por un martillo,
me quedé yo, peor que un cazador a un ciervo, muerto,
entonces, era nada más que un desdichado cervatillo.
Que fácil el soñar y que difícil siempre acertar.

Xathick

La partida de ajedrez

Era el 1 de enero, un nuevo año se iba y todo era alegría. Todo excepto una solitaria figura negra que paseaba entre sucias lápidas. Natán estaba harto de los muertos a quienes cuidaba, limpiaba y mantenía sus tumbas. Poco a poco, Natán, se fue acercando a una tumba con un tablero de ajedrez. En la lápida se leía: “William Defoe, el mejor jugador de ajedrez de todos los tiempos”. Hasta ese momento, parecía que solo habían movido las blancas.
-Hola Will-saludó Natán.-¿Has movido ya?¿No?¿Necesitas más tiempo para pensar? Bueno, pues me voy a dar una vuelta.
Cuando Natán se giró y comenzó a andar, se escucho el golpe de una ficha contra el tablero.
-No te preocupes Natán, yo moveré por él, no creo que le importe.-Lentamente, Natán se dio la vuelta y observó como un encapuchado negro, estaba tranquilamente sentado en la lápìda.
-¿Quién eres?-le espetó temeroso.
-¿Acaso no es obvio?-le devolvió este- La muerte, ¿Quién iba a ser sino?
-¿Vienes a matarme?
-No. No soy ese ser sanginario que creeis los humanos que soy. Pero mueve.
-Entonces, ¿cómo eres?-le interrogó mientas movía un caballo.
-Soy bondadoso. De hecho, solo mato a la gente cuando pierden al ajedrez contra mi.
La partida avanzaba.
-Entonces, debes de ser muy bueno en esto.
-NUNCA he perdido una partida.- y tras un breve silencio, añadió- A todo esto, si pierdes, empatamos o te retiras, te mato.
Natán nunca había jugado contra alguien tan bueno. Pero Natán tenía algo que el resto de los humanos no tenía.
-Jaque mate-exclamó Natáncon gran alivio.
La muerte permanecío inmovil, asimilando la derrota. Después, repuso la piezas en su sitio.
-Ahora no me matarás, ¿no?
-No, pero por fin he encontrado un digno adversario de mi. Jugemos otra partida
-No.¡No!¡Dijiste que me dejarías vivir!
-Falso. Dije que no te mataría pero eso no significa que te deje ir.
Despacio, Natán se sentó en la tumba y lentamente comenzó a mover una ficha.
-Además,-añadió- tenemos toda la eternidad.


Xathick

El despuntar del alba

Ciertos amigos mios, crearon un blog para exponer sus relatos, poemas y demás escritos. Pensé que yo también podría hacerlo. Espero que os gusten los relatos y las poesias.

Xathick