Allá donde la luna de plata,
allá donde en mis sueños me escapo,
allá donde el dulce amor me mata,
allá donde el príncipe es un sapo,
allá donde dragón y princesa
habitan en la más alta torre,
allá donde el tiempo nunca corre,
allá donde la noche no cesa,
y donde entre toda brillante estrella,
y de entre todas las grandes diosas,
sobre ellas, tú eres mucho más bella.
jueves, 23 de octubre de 2008
domingo, 12 de octubre de 2008
La cruel trampa del amor
Se encontraba en su cuarto, soñando para variar, soñando con su único e inalcanzable amor. La chica la conocía de hace unos años, y aunque se sentía atraído nunca había pensado que podrían llegar a ser algo más que amigos. Pero se había enterado que no tenía novio, y eso le dio a su imaginación alas para volar. Se imaginaba como debía de ser estar junto a ella y lo que se sentía al estar junto a ella.
Siempre que encontraba a una chica que le fuera simpática y agradable, y se decidía a decírselo, ella le rechazaba diciendo que era muy majo pero que no era conveniente en ese momento. Eso le destrozaba, pero orgulloso, levantaba la cabeza y seguía hacia adelante. Su determinación era de acero, y nunca se rindió. Siempre trataba de mostrar una sonrisa en su rostro, aunque el día fuese funesto y la tormenta diluviase.
Esta vez, lo lograría. No le negaría algo que para tantos era su apoyo, su bastón, su fuerza. En cuanto la viese, se lo diría. El día llegó y ojala no hubiese llegado. Estaba allí y el momento había llegado, era ahora o nunca. No pudo ser. Otra vez el guerrero perdió la batalla, y se le quebró toda defensa. Esta vez si le dolió de verdad. No fue capaz de reparar del todo su muralla de todas las anteriores veces.
Con la cabeza caliente, y el corazón destrozado, se replegó en silencio, asumiendo su derrota. No pudo ser, no esta vez. Cuando se dio cuenta de donde estaba, no le importó. De pie ante un vacío enorme, le fue indiferente. Solo tenía que extender el pie y saltar. Dejarse por el viento abrazar, dejar a la gravedad actuar. Lo pensó pero no encontró motivos para quedarse, fingiendo su vida, creando una ilusión donde vivir.
Cuando avanzó pensó que, tal vez, alguien le echaría de menos. Pero instantes después lo descartó, nadie le notaría en falta, nadie se daría cuenta de que había muerto. Y así fue, ya que a nadie le importó que marchará hacia el más allá., nadie notó que ya no estaba, y nadie añoró aquel chico con el que una vez se habían cruzado.
Siempre que encontraba a una chica que le fuera simpática y agradable, y se decidía a decírselo, ella le rechazaba diciendo que era muy majo pero que no era conveniente en ese momento. Eso le destrozaba, pero orgulloso, levantaba la cabeza y seguía hacia adelante. Su determinación era de acero, y nunca se rindió. Siempre trataba de mostrar una sonrisa en su rostro, aunque el día fuese funesto y la tormenta diluviase.
Esta vez, lo lograría. No le negaría algo que para tantos era su apoyo, su bastón, su fuerza. En cuanto la viese, se lo diría. El día llegó y ojala no hubiese llegado. Estaba allí y el momento había llegado, era ahora o nunca. No pudo ser. Otra vez el guerrero perdió la batalla, y se le quebró toda defensa. Esta vez si le dolió de verdad. No fue capaz de reparar del todo su muralla de todas las anteriores veces.
Con la cabeza caliente, y el corazón destrozado, se replegó en silencio, asumiendo su derrota. No pudo ser, no esta vez. Cuando se dio cuenta de donde estaba, no le importó. De pie ante un vacío enorme, le fue indiferente. Solo tenía que extender el pie y saltar. Dejarse por el viento abrazar, dejar a la gravedad actuar. Lo pensó pero no encontró motivos para quedarse, fingiendo su vida, creando una ilusión donde vivir.
Cuando avanzó pensó que, tal vez, alguien le echaría de menos. Pero instantes después lo descartó, nadie le notaría en falta, nadie se daría cuenta de que había muerto. Y así fue, ya que a nadie le importó que marchará hacia el más allá., nadie notó que ya no estaba, y nadie añoró aquel chico con el que una vez se habían cruzado.
jueves, 11 de septiembre de 2008
La semilla negra, tu perdición
Es como una semilla que cae sin que nadie pueda remediarlo, y hecha raíces en lo más hondo de tu corazón. Es muy complicado detenerla, porque, antes de que te des cuenta, se habrá adueñado de tus sentimientos,cambiándolos, corrompiendo la luz y volviéndola en oscuridad. En vez de amor solo tendrás odio; en vez de alegría irradiarás tristeza; en lugar de tristeza solo obtendrás una existencia vacía.
Cuando la oscuridad se adueña de tu corazón, no hay marcharse, solo caben dos opciones; o intentas destruirla, o aprendes a vivir con ella. La oscuridad te controla y si intentas rebelarte, serás exterminado sin piedad. En este punto, es cuando derrulles todo lo que está por venir, con la muerte. En cambio aprender a vivir con ello es mas complicado, pero la única salida. Comienzas a saber fingir una sonrisa cuando la tormenta es dura; aprendes a no lastimar a tu gente; acabas sabiendo el modo de fingir la luz, aunque duela.
Aun así, recordad que sin luz no hay oscuridad y viceversa. Busca en lo más oscuro de tu corazón, porque la noche siempre es más oscura cuando está apunto de amanecer. La luz, es inextingible; buscadla, porque está ahí.
Cuando la oscuridad se adueña de tu corazón, no hay marcharse, solo caben dos opciones; o intentas destruirla, o aprendes a vivir con ella. La oscuridad te controla y si intentas rebelarte, serás exterminado sin piedad. En este punto, es cuando derrulles todo lo que está por venir, con la muerte. En cambio aprender a vivir con ello es mas complicado, pero la única salida. Comienzas a saber fingir una sonrisa cuando la tormenta es dura; aprendes a no lastimar a tu gente; acabas sabiendo el modo de fingir la luz, aunque duela.
Aun así, recordad que sin luz no hay oscuridad y viceversa. Busca en lo más oscuro de tu corazón, porque la noche siempre es más oscura cuando está apunto de amanecer. La luz, es inextingible; buscadla, porque está ahí.
jueves, 17 de julio de 2008
Hay cosas que es mejor no saber...
Atencion: sigo en irlanda (ver anterior, osea, abajo)
...miedo...panico...temor, eran palabras vcias para mi, hasta que me dijeron que en 5 dias se abriria la caza de mi persona. Tan solo quiero que os imagineis por un momento como fue mi vida a partir de ese instante... (por no comentar el "caminito" que tengo hasta casa, una media hora larga) Me dieron consejos (inutiles todos ellos), me ccontaron casos (un italiano paraplejico y un un irlandes muerto)...y por primera vez en toda mi vida (que dulce ironia), aprecie lo valiosa que puede llegar a ser y lo poco que es valorada normalmente. No se si llegare vivo al martes (esto esta siendo escrito a las nueve de un miercoles), pero ahora se lo que es... el terror.
...miedo...panico...temor, eran palabras vcias para mi, hasta que me dijeron que en 5 dias se abriria la caza de mi persona. Tan solo quiero que os imagineis por un momento como fue mi vida a partir de ese instante... (por no comentar el "caminito" que tengo hasta casa, una media hora larga) Me dieron consejos (inutiles todos ellos), me ccontaron casos (un italiano paraplejico y un un irlandes muerto)...y por primera vez en toda mi vida (que dulce ironia), aprecie lo valiosa que puede llegar a ser y lo poco que es valorada normalmente. No se si llegare vivo al martes (esto esta siendo escrito a las nueve de un miercoles), pero ahora se lo que es... el terror.
La maldicion del amor
Atencion: esto esta siendo escrito en irlanda donde el teclado no tiene ni tildes ni... otras cosas (la eñe la copio y pego, pero paso de hacer lo mismo con los acentos). No es porque sea absolutamente nulo en ortografia (solo soy malo).
Eres entre espinos una rosa,
eres a la vez fragil y hermosa,
me temo que para mi, una diosa.
Una vez soñe que yo te amaba,
que tan solo por ti lloraba,
que contigo me reia,
que en tus dulces labios te besaba.
Tu a mi amor siempre correspondias,
que conmigo alegre te reias,
que de nada te arrepentias,
decias que siempre me amarias.
Desperte y volvi a la realidad,
sueños sueños son, es la verdad.
Eres entre espinos una rosa,
eres a la vez fragil y hermosa,
me temo que para mi, una diosa.
Una vez soñe que yo te amaba,
que tan solo por ti lloraba,
que contigo me reia,
que en tus dulces labios te besaba.
Tu a mi amor siempre correspondias,
que conmigo alegre te reias,
que de nada te arrepentias,
decias que siempre me amarias.
Desperte y volvi a la realidad,
sueños sueños son, es la verdad.
viernes, 4 de julio de 2008
Dulces fantasmas agrios
Si cada vez que tu rostro miro
solo logro perderme en tus ojos
el hechizo que empleaste maldigo.
En la fria noche al despertarme,
miro hacia el lugar donde duermes
preguntandome si llegaras a amarme
soñandocon esos labios rojos,
¡anhelo cada vez más besarte!
aunque sepa que quizas no ocurra...
P.d.: El amor es una mierda, y odio caer en sus redes, me hace ser debil, no me agrada (descontando el hecho de que la tia te acabe rechazando, otra mierda).
solo logro perderme en tus ojos
el hechizo que empleaste maldigo.
En la fria noche al despertarme,
miro hacia el lugar donde duermes
preguntandome si llegaras a amarme
soñandocon esos labios rojos,
¡anhelo cada vez más besarte!
aunque sepa que quizas no ocurra...
P.d.: El amor es una mierda, y odio caer en sus redes, me hace ser debil, no me agrada (descontando el hecho de que la tia te acabe rechazando, otra mierda).
domingo, 4 de mayo de 2008
una breve definición
Siempre habeis dicho que yo soy dos en realidad, pues bien, he aqui que es cada una.
Amor... esperanza... luz... felicidad... ilusión... fe... Andoni... desengaño... dolor... sufrimiento... angustia... desesperanza... rechazo... negrura... infelicidad... enfermedad sin cura... soledad... desprecio... recelo... desconfianza... ira... odio... cólera... destrucción... fuego... sangre... muerte... Xathick...
Tras esto,... pensaros las cosas dos veces.
Amor... esperanza... luz... felicidad... ilusión... fe... Andoni... desengaño... dolor... sufrimiento... angustia... desesperanza... rechazo... negrura... infelicidad... enfermedad sin cura... soledad... desprecio... recelo... desconfianza... ira... odio... cólera... destrucción... fuego... sangre... muerte... Xathick...
Tras esto,... pensaros las cosas dos veces.
amor negro
¡Cuan necio he sido
por a la trampa
recto haber ido!
Mas cuando acampa
estas perdido,
ya que no escampa.
Y se me ocurrió a los ojos mirarte
y al instante desee retratarte
y en secreto comencé a amarte,
y nunca lograría enamorarte.
Cuando mis sentimientos confesé
mi escasa esperanza destrocé,
entre los dos un abismo creé
a la vez que mi razón arrasé.
Hoy te vuelvo a escribir este poema
para que por ti sufro relatarte,
que no pude acabar de dibujarte,
de mi gran tesoro mi mayor gema...
prefiero mil veces la negra muerte
o aguantar de un dragón su ardiente aliento
a soportar semejante tormento,
ya que no me llevo bien con mi suerte....
por a la trampa
recto haber ido!
Mas cuando acampa
estas perdido,
ya que no escampa.
Y se me ocurrió a los ojos mirarte
y al instante desee retratarte
y en secreto comencé a amarte,
y nunca lograría enamorarte.
Cuando mis sentimientos confesé
mi escasa esperanza destrocé,
entre los dos un abismo creé
a la vez que mi razón arrasé.
Hoy te vuelvo a escribir este poema
para que por ti sufro relatarte,
que no pude acabar de dibujarte,
de mi gran tesoro mi mayor gema...
prefiero mil veces la negra muerte
o aguantar de un dragón su ardiente aliento
a soportar semejante tormento,
ya que no me llevo bien con mi suerte....
martes, 4 de marzo de 2008
Poema a mis tristes recuerdos
¡Cuán necio soy por no tenerte!
y todo por ser un cobarde,
por decirte "te quiero" muy tarde,
cuando ahora sufro por verte,
que un suplicio menor la muerte
sería en lugar de amarte.
Si volviera yo a estar allí,
no dudaría en decir "sí",
aunque finja, aunque aparente,
tú no te apartas de mi mente,
vives lejos, más estás aquí,
en mi imaginación presente.
Intento siempre no evocarte,
pereo nunca dejo de amarte,
desearía ver el mundo,
para afirmar con un sí rotundo
cuando me digan si eres arte,
después de esto estoy moribundo.
y todo por ser un cobarde,
por decirte "te quiero" muy tarde,
cuando ahora sufro por verte,
que un suplicio menor la muerte
sería en lugar de amarte.
Si volviera yo a estar allí,
no dudaría en decir "sí",
aunque finja, aunque aparente,
tú no te apartas de mi mente,
vives lejos, más estás aquí,
en mi imaginación presente.
Intento siempre no evocarte,
pereo nunca dejo de amarte,
desearía ver el mundo,
para afirmar con un sí rotundo
cuando me digan si eres arte,
después de esto estoy moribundo.
sábado, 23 de febrero de 2008
Una decisión, un destino
“Esto va a acabar mal”. Eso le había dicho su amiga, antes de dejarla sola. Idoia estaba en el parque, sentada en el banco más alejado de la humanidad posible, en su favorito. Delante suyo, se alzaba un roble antiguo, de más de diez metros de alto. Por un instante, vio en aquellas robustas ramas a toda la gente que conocía, por un instante... El sol se había comenzado a ocultarse, el cielo se había vuelto más oscuro, y la noche hacía aquel lugar peligroso. Se levantó y sus pies pusieron rumbo a su casa. Sin que ella se diera cuenta, varias siluetas se movieron con ella, buscando desde el refugio de las sombras el mejor momento y lugar para aparecer.
Unas rudas manos le sacaron de sus ensoñaciones. Cuando fue consciente de lo que acaecía, sus brazos así como sus piernas, estaban inmovilizadas contra el suelo. Eran cinco, y una sonrisa se dibujaba en su rostro. Curiosamente, ella no se inmutó. No se resistió, ni siquiera lloró o suplico. Tan solo suspiró. Los cinco cuerpos de los asaltantes, fueron heridos por una espada invisible, dejando a Idoia totalmente libre otra vez. “Esta es mi prometida, cualquiera que la toque, morirá” se oyó en el aire. Como si no hubiera ocurrido nada, volvió a su trayecto y ensoñaciones. Mientras tanto, cinco personas morían por unas manos invisibles.
Cuando llegó a casa, no se preocupó por cenar. Se tiró en la cama y cerró los ojos. “Que belleza más perfecta irradias cuando duermes” volvió a exclamar alguien. “Deseo descansar ahora, vete” obtuvo por respuesta la voz. “Descansa, mañana responderás a mi pregunta...” dijo la voz mientras se iba apagando. Idoia se sumió en un sueño profundo del cual nadie le sacaría en muchas horas. El día se alzaba radiante. Por las rendijas de su ventana, se conseguían filtrar algunos rayos de sol. Idoia no recordaba de haber bajado las persianas. De hecho, no reconocía siquiera haberse cambiado de ropa, es más, no reconocía la estancia en la cual había despertado.
Era bastante más oscura que su habitación, y más amplia. La cama era ancha, y estaba adornada con oro. A los pies de la misma, se encontraba una armadura negra. Al estar sumida en un silencio absoluto, descubrió que un pequeño estruendo provenía del otro lado de la puerta. Sin conocer del todo la razón, se puso la armadura. Y con paso firme, se encaminó hacia la salida. El brillo de las luces la cegó. Pero aun así notó como se hacía un silencio sepulcral. Poco a poco fue recuperando la vista, y descubrió miles de criaturas que la miraban con temor.
Ante si se encontraba la presencia invisible que había estado acosándola todo el rato. Aguardándola. Idoia se encaminó hacia el ser y le miró desafiante. Este le preguntó si estaba dispuesta ha hacer lo que él le había pedido. Sin otra alternativa, Idoia dio su respuesta. Un sí. Ese día la muerte se desposó. Obtuvo como compañera a una joven humana, a alguien vivo. “¿Vendrás a vivir al Inframundo?” le preguntó la muerte. “Cuando no me una nada al mundo” le respondió su dama. No fue una despedida larga. Idoia retornó a su mundo. Estaba tendida en su cama.
El día despuntó con un mal desayuno. También comenzó a diluviar en cuanto se lo ocurrió poner un pie en la calle. Aun así, comparado con lo que le faltaba por observar, era todo dichoso. Como todos los día paso por el parque y le sorprendió ver la zona acordonada por la policía. Bordeó el lugar, buscando su asiento favorito bajo los susurros de los árboles. Pero no fue su banco lo que encontró. Todo en lo que creía, todo lo que amaba, todo lo que tenía en este mundo, se esfumó en ese instante, se vino abajo, se quebró, se hizo añicos como el cristal cuando contempló ante si un árbol enorme que se dibujaba contra el cielo.
De sus ramas, colgaban sus seres queridos; su familia, sus amigos, sus amigas, incluso los conocidos, sus sueños. Fue en ese momento cuando vio con pesadumbre como a los pies del roble, estaba la muerte mirándola, con una sonrisa. “¿Vendrás ahora conmigo?” le dijo este. Por toda respuesta, Idoia se derrumbó en el suelo, entre gritos y sirenas. Despertó en un lugar blanco. Todo brillaba, y unos seres pálidos le preguntaban si sabía quien era o si se encontraba bien. Con unos “sí” se abrió paso para contemplar que se hallaba en un hospital. Preguntó por las personas del árbol, y recibió la respuesta que se esperaba: muertos.
Habían transcurrido dos días, pero le parecieron años. Caminando por el parque se dio cuenta de que su vida se había convertido en un infierno. Le volvió a ver. Seguía sonriente. Idoia liberó sus sentimientos. Una corriente de ira, desesperanza, frustración y venganza se adueñó de su cuerpo. Nunca entendió como ni porque, pero con su armadura puesta, espada en ristre, se abalanzó sobre la muerte. Con una mirada que delataba sorpresa, se derrumbó sobre el suelo la muerte. “Ahora todo volverá a ser como debería de ser” exclamó mientras en su cara se dibujaba una sonrisa en la cual no participaban sus tristes y apagados ojos.
Idoia abandonó el mundo en ese día. Y desde entonces, ella fue quien regia la vida y la muerte de cada ser que se alzaba en la tierra.
Xathick
Unas rudas manos le sacaron de sus ensoñaciones. Cuando fue consciente de lo que acaecía, sus brazos así como sus piernas, estaban inmovilizadas contra el suelo. Eran cinco, y una sonrisa se dibujaba en su rostro. Curiosamente, ella no se inmutó. No se resistió, ni siquiera lloró o suplico. Tan solo suspiró. Los cinco cuerpos de los asaltantes, fueron heridos por una espada invisible, dejando a Idoia totalmente libre otra vez. “Esta es mi prometida, cualquiera que la toque, morirá” se oyó en el aire. Como si no hubiera ocurrido nada, volvió a su trayecto y ensoñaciones. Mientras tanto, cinco personas morían por unas manos invisibles.
Cuando llegó a casa, no se preocupó por cenar. Se tiró en la cama y cerró los ojos. “Que belleza más perfecta irradias cuando duermes” volvió a exclamar alguien. “Deseo descansar ahora, vete” obtuvo por respuesta la voz. “Descansa, mañana responderás a mi pregunta...” dijo la voz mientras se iba apagando. Idoia se sumió en un sueño profundo del cual nadie le sacaría en muchas horas. El día se alzaba radiante. Por las rendijas de su ventana, se conseguían filtrar algunos rayos de sol. Idoia no recordaba de haber bajado las persianas. De hecho, no reconocía siquiera haberse cambiado de ropa, es más, no reconocía la estancia en la cual había despertado.
Era bastante más oscura que su habitación, y más amplia. La cama era ancha, y estaba adornada con oro. A los pies de la misma, se encontraba una armadura negra. Al estar sumida en un silencio absoluto, descubrió que un pequeño estruendo provenía del otro lado de la puerta. Sin conocer del todo la razón, se puso la armadura. Y con paso firme, se encaminó hacia la salida. El brillo de las luces la cegó. Pero aun así notó como se hacía un silencio sepulcral. Poco a poco fue recuperando la vista, y descubrió miles de criaturas que la miraban con temor.
Ante si se encontraba la presencia invisible que había estado acosándola todo el rato. Aguardándola. Idoia se encaminó hacia el ser y le miró desafiante. Este le preguntó si estaba dispuesta ha hacer lo que él le había pedido. Sin otra alternativa, Idoia dio su respuesta. Un sí. Ese día la muerte se desposó. Obtuvo como compañera a una joven humana, a alguien vivo. “¿Vendrás a vivir al Inframundo?” le preguntó la muerte. “Cuando no me una nada al mundo” le respondió su dama. No fue una despedida larga. Idoia retornó a su mundo. Estaba tendida en su cama.
El día despuntó con un mal desayuno. También comenzó a diluviar en cuanto se lo ocurrió poner un pie en la calle. Aun así, comparado con lo que le faltaba por observar, era todo dichoso. Como todos los día paso por el parque y le sorprendió ver la zona acordonada por la policía. Bordeó el lugar, buscando su asiento favorito bajo los susurros de los árboles. Pero no fue su banco lo que encontró. Todo en lo que creía, todo lo que amaba, todo lo que tenía en este mundo, se esfumó en ese instante, se vino abajo, se quebró, se hizo añicos como el cristal cuando contempló ante si un árbol enorme que se dibujaba contra el cielo.
De sus ramas, colgaban sus seres queridos; su familia, sus amigos, sus amigas, incluso los conocidos, sus sueños. Fue en ese momento cuando vio con pesadumbre como a los pies del roble, estaba la muerte mirándola, con una sonrisa. “¿Vendrás ahora conmigo?” le dijo este. Por toda respuesta, Idoia se derrumbó en el suelo, entre gritos y sirenas. Despertó en un lugar blanco. Todo brillaba, y unos seres pálidos le preguntaban si sabía quien era o si se encontraba bien. Con unos “sí” se abrió paso para contemplar que se hallaba en un hospital. Preguntó por las personas del árbol, y recibió la respuesta que se esperaba: muertos.
Habían transcurrido dos días, pero le parecieron años. Caminando por el parque se dio cuenta de que su vida se había convertido en un infierno. Le volvió a ver. Seguía sonriente. Idoia liberó sus sentimientos. Una corriente de ira, desesperanza, frustración y venganza se adueñó de su cuerpo. Nunca entendió como ni porque, pero con su armadura puesta, espada en ristre, se abalanzó sobre la muerte. Con una mirada que delataba sorpresa, se derrumbó sobre el suelo la muerte. “Ahora todo volverá a ser como debería de ser” exclamó mientras en su cara se dibujaba una sonrisa en la cual no participaban sus tristes y apagados ojos.
Idoia abandonó el mundo en ese día. Y desde entonces, ella fue quien regia la vida y la muerte de cada ser que se alzaba en la tierra.
Xathick
miércoles, 13 de febrero de 2008
Carta de advertencia
Hubo un tiempo en el que pensé que podrías disuadirme, convencerme, doblegar mi voluntad a la tuya. Me equivocaba. Ahora puedo ver la realidad, y no es como pensaba que era. Hoy día se que ni la muerte me conseguirá doblegar mi destino que construyo con cada palabra que escribo y digo, con cada mirada, con cada nuevo deseo...
Existió alguien tiempo atrás que tubo la osadía de desafiarme. No obtuvo un final feliz precisamente. Su ser y conciencia se desapareció entre gritos de dolor y sufrimiento. Fue sencillo. No consideré en ningún momento la piedad como alternativa. Me molestó y no me dejó en paz; así que yo hice lo mismo, le molesté y no le dejé en paz.
Con esto te advierto, que no es lo mismo que amenazarte, que no te interpongas en mi camino, lo tengo claro. Voy a cumplir mi objetivo, mi destino, mi anhelo, y ni tú ni nadie podrá detenerme. Si así lo deseas, puedes ayudarme a completar mi sueño, pero no trates de detenerme. Conoces la verdad, no me voy a detener, es más, voy a arrasar con todo lo que se oponga.
Aquí lo dejo. Espero que sepas comprender estas palabras, ya que sino, sería una lastima perder semejante amistad. De todas formas, es tu decisión, sin ningún tipo de presión. Bueno, ¿te has dignado a hacer ya tu elección?
Xathick
Existió alguien tiempo atrás que tubo la osadía de desafiarme. No obtuvo un final feliz precisamente. Su ser y conciencia se desapareció entre gritos de dolor y sufrimiento. Fue sencillo. No consideré en ningún momento la piedad como alternativa. Me molestó y no me dejó en paz; así que yo hice lo mismo, le molesté y no le dejé en paz.
Con esto te advierto, que no es lo mismo que amenazarte, que no te interpongas en mi camino, lo tengo claro. Voy a cumplir mi objetivo, mi destino, mi anhelo, y ni tú ni nadie podrá detenerme. Si así lo deseas, puedes ayudarme a completar mi sueño, pero no trates de detenerme. Conoces la verdad, no me voy a detener, es más, voy a arrasar con todo lo que se oponga.
Aquí lo dejo. Espero que sepas comprender estas palabras, ya que sino, sería una lastima perder semejante amistad. De todas formas, es tu decisión, sin ningún tipo de presión. Bueno, ¿te has dignado a hacer ya tu elección?
Xathick
viernes, 1 de febrero de 2008
un pequeño contratiempo
“Recuerda que has de llevar los libros de tu padre y de tu hermano a la biblioteca”.Las palabras de su madre aun resonaban en su mente. No es que el echo de ir a la biblioteca le molestase, aunque esta se encontrara a unos cuantos kilómetros. Lo que realmente le reventaba era que iba a cargar unos libros cuatro kilómetros que no había leído y después tendría que desandar el camino recorrido.
No le sorprendió en absoluto que no hubiera nadie rondando la biblioteca porque, ¿quién se acercaría un sábado a la biblioteca en busca de un libro en vez de quedarse durmiendo cómodamente en sus camas? Nadie. Una vez traspasadas las puertas, un simpático recepcionista le indicó donde debía de entregar los libros, y hacia allí encaminó sus pasos.
Las devoluciones se encontraban a más bien poca distancia. Un poco antes, se había tropezado con la sección de terror. Siempre le habían fascinado esas breves y largas historias de sangre en algunas ocasiones, y desesperanza en otras. Era una gran aficionada a esos relatos. Ahora que había devuelto los libros, podía internarse un poco.
No le sorprendió en absoluto que no hubiera nadie rondando la biblioteca porque, ¿quién se acercaría un sábado a la biblioteca en busca de un libro en vez de quedarse durmiendo cómodamente en sus camas? Nadie. Una vez traspasadas las puertas, un simpático recepcionista le indicó donde debía de entregar los libros, y hacia allí encaminó sus pasos.
Las devoluciones se encontraban a más bien poca distancia. Un poco antes, se había tropezado con la sección de terror. Siempre le habían fascinado esas breves y largas historias de sangre en algunas ocasiones, y desesperanza en otras. Era una gran aficionada a esos relatos. Ahora que había devuelto los libros, podía internarse un poco.
Primer final alternativo (el original)
Traspasó el unbral en busca de algún relato que pudiese leer esa noche. Quizas algún libro de vampiros, o uno de hombres-lobo, quizas... Un ruido sordo inundó la estancia. ¡Las estantrías se abalanzaban sobre él! Sin saber muy bien lo que devía de hacer, corrió hacia el lugar más iluminado por instinto de seguridad. Ese lugar resultó ser el mostrador.
La inmensa cristalera del siglo XIX se alzaba majestuosa. Una rosa negra sostenida por un ángel. El verde tallo de la rosa, se alargaba y se enrollaba en el cuerpo de ese ser divino. Y desde las alturas, el angel vió a un chico, correr desesperadamente. El chico no se detubo a admirar la obra genial.
La última estantería impactó contra el suelo, quebrandole las piernas. Su curpo se hallaba magullado por los golpes de los libros. Vislumbró una figura en el mostrador y se arrastro desesperadamente hacia alli. El quebrantar de algo en el techo, hizo que se desesperara.
La cristalera le cortó piel, carne y hueso. Con la cabeza aún intacta,pero el resto del cuerpo mutilado. y chorreando sangre, se arrastró clavandoseaun más cristales. Vió acercarse a un ser negre. Le miró a la cara, y vió el rostro que era considerado La Muerte. Con una mueca de terror en su rostro, vió como alzaba su guadaña.
-Cariño,.. despierta.-le dijo su made- Estabas gritando.
-Gracias madre, no estaba descansando bien.
-Pues has de hacerlo, recuerda que tienes que llevar mañana a la bilioteca los libros que cogieron tu padre y hermano el otro día.
Xathick
La inmensa cristalera del siglo XIX se alzaba majestuosa. Una rosa negra sostenida por un ángel. El verde tallo de la rosa, se alargaba y se enrollaba en el cuerpo de ese ser divino. Y desde las alturas, el angel vió a un chico, correr desesperadamente. El chico no se detubo a admirar la obra genial.
La última estantería impactó contra el suelo, quebrandole las piernas. Su curpo se hallaba magullado por los golpes de los libros. Vislumbró una figura en el mostrador y se arrastro desesperadamente hacia alli. El quebrantar de algo en el techo, hizo que se desesperara.
La cristalera le cortó piel, carne y hueso. Con la cabeza aún intacta,pero el resto del cuerpo mutilado. y chorreando sangre, se arrastró clavandoseaun más cristales. Vió acercarse a un ser negre. Le miró a la cara, y vió el rostro que era considerado La Muerte. Con una mueca de terror en su rostro, vió como alzaba su guadaña.
-Cariño,.. despierta.-le dijo su made- Estabas gritando.
-Gracias madre, no estaba descansando bien.
-Pues has de hacerlo, recuerda que tienes que llevar mañana a la bilioteca los libros que cogieron tu padre y hermano el otro día.
Xathick
domingo, 27 de enero de 2008
Segundo posible final
Nada más traspasar el umbral de la sección, le dio la extraña sensación de que no se encontraba en el mismo lugar. Toda la estancia, se hallaba en la penumbra. Pero pensó que sería para ambientar. Al fondo, un mostrador blanco contrastaba con el lugar. A la distancia a la que se encontraba le resultaba difícil distinguir quien estaba ahí, pero alguien vestido de negro se encontraba atendiendo a la gente. Lo más chocante de todo, era la extraordinaria cantidad de gente que se encontraba con un libro de pie...¿aguardando?
Se fue encaminando lentamente hacia el mostrados, preguntándose que haría toda esa gente ahí. Por el camino, vislumbro a gente de todas las castas, razas, lugares y profesiones. Incluso le pareció reconocer a el presidente de los estados unidos.
Cuando alcanzó su destino, observó como una chica pálida y de belleza inhumana se dedicaba a atender a la gente. Se fijó en que a cada persona le daba un pequeño papelito. Sin saber muy bien porque, se acercó al mostrador y la chico le sonrió.
-Ya temía que no llegases-le dijo para su sorpresa la chica- Quería darte el número personalmente.
Ignorando como debía de actuar, cogió el papel que le extendía y leyó: “1145026160215011316017161905133913104502116416”. No sabía que quería decir ese número, pero tampoco le interesaba. Lo que deseaba saber era el porque quería darle el número la chica y quien era ella.
-Supongo que nos veremos abajo.-prosiguió ella-“Buen” viaje-agregó con un tono sarcástico y se alejó riendo.
Vio que un encapuchado la sustituía. Sin levantar la vista, le indicó que debía ir detrás del mostrador y seguir el “trampolín”. Cuando llegó al trampolín, se dio cuenta de que este era una tabla que te precipitaba al vacío. No se lo pensó dos veces. Con un ágil salto, se metió en el tubo que no tenía fin.
No era necesario un genio para decir que caía para decir que caía en vertical a gran velocidad. Por un instante le pareció ver un cartel, pero desechó esa idea al instante por ser absurda. Llevaba un buen rato cayendo, cuando divisó como algo rojizo se acercaba a una velocidad considerable.
Un ensordecedor sonido inundó el espació en el momento que impactó contra ello. Se trataba de un líquido espeso y rojo. Con dificultades, consiguió salir a la superficie y lo probó. Ese líquido era... era... ¡SANGRE! El cartel si que existía y eso le dejo la sangre (la suya) helada.
En unos instantes recordó lo que estaba escrito en rojo en el cartel:
“Yace usted muerto y se está precipitando a lo que será su morada. Y será usted desposado con el ser más poderoso que existe. Será emparejado con la Muerte”
Xathick
Se fue encaminando lentamente hacia el mostrados, preguntándose que haría toda esa gente ahí. Por el camino, vislumbro a gente de todas las castas, razas, lugares y profesiones. Incluso le pareció reconocer a el presidente de los estados unidos.
Cuando alcanzó su destino, observó como una chica pálida y de belleza inhumana se dedicaba a atender a la gente. Se fijó en que a cada persona le daba un pequeño papelito. Sin saber muy bien porque, se acercó al mostrador y la chico le sonrió.
-Ya temía que no llegases-le dijo para su sorpresa la chica- Quería darte el número personalmente.
Ignorando como debía de actuar, cogió el papel que le extendía y leyó: “1145026160215011316017161905133913104502116416”. No sabía que quería decir ese número, pero tampoco le interesaba. Lo que deseaba saber era el porque quería darle el número la chica y quien era ella.
-Supongo que nos veremos abajo.-prosiguió ella-“Buen” viaje-agregó con un tono sarcástico y se alejó riendo.
Vio que un encapuchado la sustituía. Sin levantar la vista, le indicó que debía ir detrás del mostrador y seguir el “trampolín”. Cuando llegó al trampolín, se dio cuenta de que este era una tabla que te precipitaba al vacío. No se lo pensó dos veces. Con un ágil salto, se metió en el tubo que no tenía fin.
No era necesario un genio para decir que caía para decir que caía en vertical a gran velocidad. Por un instante le pareció ver un cartel, pero desechó esa idea al instante por ser absurda. Llevaba un buen rato cayendo, cuando divisó como algo rojizo se acercaba a una velocidad considerable.
Un ensordecedor sonido inundó el espació en el momento que impactó contra ello. Se trataba de un líquido espeso y rojo. Con dificultades, consiguió salir a la superficie y lo probó. Ese líquido era... era... ¡SANGRE! El cartel si que existía y eso le dejo la sangre (la suya) helada.
En unos instantes recordó lo que estaba escrito en rojo en el cartel:
“Yace usted muerto y se está precipitando a lo que será su morada. Y será usted desposado con el ser más poderoso que existe. Será emparejado con la Muerte”
Xathick
jueves, 24 de enero de 2008
Tu historia
Vuelve a este camino, joven promesa
haz esto que mejor sabes hacer:
recoger el lápiz y componer,
deja que las letras fluyan en la mesa.
Mil historias te faltan por crear,
algunas serán de amor y perdón,
otras sobre muerte y destrucción,
una vez que empieces no podrás parar.
Tus obras serán más que inmortales,
por el mundo se extenderá tu fama,
y serás más que los demás, iguales;
que se acuestan con miedo en la cama,
tú habrás cruzado todos los umbrales,
el, incluso, de la muerte, su casa.
Xathick
haz esto que mejor sabes hacer:
recoger el lápiz y componer,
deja que las letras fluyan en la mesa.
Mil historias te faltan por crear,
algunas serán de amor y perdón,
otras sobre muerte y destrucción,
una vez que empieces no podrás parar.
Tus obras serán más que inmortales,
por el mundo se extenderá tu fama,
y serás más que los demás, iguales;
que se acuestan con miedo en la cama,
tú habrás cruzado todos los umbrales,
el, incluso, de la muerte, su casa.
Xathick
Poema de desesperanza
Los oscuros pensamientos me enturbian la mente
ignoro lo que siempre deseo, quizás sea así
mejor para todos, caminaré muy sabiamente
por mi propio camino, hacia mi propio futuro.
Ojala en mi camino
te encuentre por ahí,
ese será mi sino:
caminar junto a ti.
Mas se que no ocurrirá, que a mi lado no estarás,
nunca será posible, no te encontraré junto a mi,
y desesperaré, porque nunca me amarás,
y en mi propia soledad me hundiré sin remedio.
Morirá la esperanza,
no distinguiré nada,
y la justa balanza
me dirá que es injusto.
Mi terrible error no fue más que intentar protegerte,
mirarte, y ver una estrella en tus ojos brillar,
vi los peligros del basto mundo y quise cuidarte,
pero una sola palabra basta para matar.
Cuando todo ocurrió,
ya se había acabado,
el destino mintió
me quedé destrozado.
Peor que un clavo al ser golpeado por un martillo,
me quedé yo, peor que un cazador a un ciervo, muerto,
entonces, era nada más que un desdichado cervatillo.
Que fácil el soñar y que difícil siempre acertar.
Xathick
ignoro lo que siempre deseo, quizás sea así
mejor para todos, caminaré muy sabiamente
por mi propio camino, hacia mi propio futuro.
Ojala en mi camino
te encuentre por ahí,
ese será mi sino:
caminar junto a ti.
Mas se que no ocurrirá, que a mi lado no estarás,
nunca será posible, no te encontraré junto a mi,
y desesperaré, porque nunca me amarás,
y en mi propia soledad me hundiré sin remedio.
Morirá la esperanza,
no distinguiré nada,
y la justa balanza
me dirá que es injusto.
Mi terrible error no fue más que intentar protegerte,
mirarte, y ver una estrella en tus ojos brillar,
vi los peligros del basto mundo y quise cuidarte,
pero una sola palabra basta para matar.
Cuando todo ocurrió,
ya se había acabado,
el destino mintió
me quedé destrozado.
Peor que un clavo al ser golpeado por un martillo,
me quedé yo, peor que un cazador a un ciervo, muerto,
entonces, era nada más que un desdichado cervatillo.
Que fácil el soñar y que difícil siempre acertar.
Xathick
La partida de ajedrez
Era el 1 de enero, un nuevo año se iba y todo era alegría. Todo excepto una solitaria figura negra que paseaba entre sucias lápidas. Natán estaba harto de los muertos a quienes cuidaba, limpiaba y mantenía sus tumbas. Poco a poco, Natán, se fue acercando a una tumba con un tablero de ajedrez. En la lápida se leía: “William Defoe, el mejor jugador de ajedrez de todos los tiempos”. Hasta ese momento, parecía que solo habían movido las blancas.
-Hola Will-saludó Natán.-¿Has movido ya?¿No?¿Necesitas más tiempo para pensar? Bueno, pues me voy a dar una vuelta.
Cuando Natán se giró y comenzó a andar, se escucho el golpe de una ficha contra el tablero.
-No te preocupes Natán, yo moveré por él, no creo que le importe.-Lentamente, Natán se dio la vuelta y observó como un encapuchado negro, estaba tranquilamente sentado en la lápìda.
-¿Quién eres?-le espetó temeroso.
-¿Acaso no es obvio?-le devolvió este- La muerte, ¿Quién iba a ser sino?
-¿Vienes a matarme?
-No. No soy ese ser sanginario que creeis los humanos que soy. Pero mueve.
-Entonces, ¿cómo eres?-le interrogó mientas movía un caballo.
-Soy bondadoso. De hecho, solo mato a la gente cuando pierden al ajedrez contra mi.
La partida avanzaba.
-Entonces, debes de ser muy bueno en esto.
-NUNCA he perdido una partida.- y tras un breve silencio, añadió- A todo esto, si pierdes, empatamos o te retiras, te mato.
Natán nunca había jugado contra alguien tan bueno. Pero Natán tenía algo que el resto de los humanos no tenía.
-Jaque mate-exclamó Natáncon gran alivio.
La muerte permanecío inmovil, asimilando la derrota. Después, repuso la piezas en su sitio.
-Ahora no me matarás, ¿no?
-No, pero por fin he encontrado un digno adversario de mi. Jugemos otra partida
-No.¡No!¡Dijiste que me dejarías vivir!
-Falso. Dije que no te mataría pero eso no significa que te deje ir.
Despacio, Natán se sentó en la tumba y lentamente comenzó a mover una ficha.
-Además,-añadió- tenemos toda la eternidad.
Xathick
-Hola Will-saludó Natán.-¿Has movido ya?¿No?¿Necesitas más tiempo para pensar? Bueno, pues me voy a dar una vuelta.
Cuando Natán se giró y comenzó a andar, se escucho el golpe de una ficha contra el tablero.
-No te preocupes Natán, yo moveré por él, no creo que le importe.-Lentamente, Natán se dio la vuelta y observó como un encapuchado negro, estaba tranquilamente sentado en la lápìda.
-¿Quién eres?-le espetó temeroso.
-¿Acaso no es obvio?-le devolvió este- La muerte, ¿Quién iba a ser sino?
-¿Vienes a matarme?
-No. No soy ese ser sanginario que creeis los humanos que soy. Pero mueve.
-Entonces, ¿cómo eres?-le interrogó mientas movía un caballo.
-Soy bondadoso. De hecho, solo mato a la gente cuando pierden al ajedrez contra mi.
La partida avanzaba.
-Entonces, debes de ser muy bueno en esto.
-NUNCA he perdido una partida.- y tras un breve silencio, añadió- A todo esto, si pierdes, empatamos o te retiras, te mato.
Natán nunca había jugado contra alguien tan bueno. Pero Natán tenía algo que el resto de los humanos no tenía.
-Jaque mate-exclamó Natáncon gran alivio.
La muerte permanecío inmovil, asimilando la derrota. Después, repuso la piezas en su sitio.
-Ahora no me matarás, ¿no?
-No, pero por fin he encontrado un digno adversario de mi. Jugemos otra partida
-No.¡No!¡Dijiste que me dejarías vivir!
-Falso. Dije que no te mataría pero eso no significa que te deje ir.
Despacio, Natán se sentó en la tumba y lentamente comenzó a mover una ficha.
-Además,-añadió- tenemos toda la eternidad.
Xathick
El despuntar del alba
Ciertos amigos mios, crearon un blog para exponer sus relatos, poemas y demás escritos. Pensé que yo también podría hacerlo. Espero que os gusten los relatos y las poesias.
Xathick
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